
El conflicto entre Israel y Hezbolá ha alcanzado un nuevo nivel de intensidad este 24 de septiembre de 2024, con ambos lados intercambiando ataques que han dejado una estela de destrucción en la frontera entre Israel y el sur del Líbano. En medio de estas hostilidades, se observa una creciente nube de humo sobre la región, símbolo de los enfrentamientos que han generado temor de una escalada más amplia en la región.
Ataques aéreos y represalias
Durante la madrugada, Israel lanzó ataques aéreos contra decenas de objetivos de Hezbolá en el sur del Líbano, incluidas instalaciones militares y lanzacohetes. En respuesta, Hezbolá, grupo respaldado por Irán, atacó varios objetivos israelíes, entre ellos una fábrica de explosivos y el aeródromo de Megiddo, cerca de la ciudad de Afula, en el norte de Israel.
Estos incidentes se producen tras el día más mortífero en el Líbano en décadas, cuando los ataques israelíes del lunes dejaron cerca de 500 muertos, entre ellos 35 niños, y provocaron que miles de personas huyeran en busca de refugio. La Fuerza Aérea israelí afirmó haber alcanzado alrededor de 1,600 objetivos en el sur del Líbano y el valle de la Becá.
Consecuencias humanitarias y evacuaciones
La violencia ha obligado a miles de familias libanesas a evacuar el sur del país. El ministro libanés encargado de coordinar la respuesta a la crisis, Nasser Yassin, indicó que se han habilitado 89 refugios temporales en escuelas y otras instalaciones, con capacidad para más de 26,000 personas.
El colapso financiero que Líbano ha experimentado en los últimos años ha dejado al país en una situación vulnerable para enfrentar la devastación que estos nuevos enfrentamientos podrían causar. Según la ONU, la región se enfrenta al riesgo de un conflicto más amplio, lo que ha generado preocupación a nivel internacional.
Temor a una guerra total
La posibilidad de que el conflicto escale a una guerra total aumenta las tensiones en Medio Oriente, con el temor de que actores externos como Estados Unidos e Irán puedan verse involucrados. Aunque Hezbolá ha señalado que no busca una guerra a gran escala, la presión sobre Israel para asegurar su frontera norte ha llevado a una serie de acciones militares que podrían empujar la situación a un punto crítico.
Las hostilidades en la frontera septentrional de Israel con Hezbolá se producen en medio de la guerra que Israel libra en el sur contra Hamás, otro grupo respaldado por Irán, lo que ha generado una atmósfera de gran inestabilidad en la región.
Este conflicto amenaza con extenderse si no se logran esfuerzos diplomáticos inmediatos que detengan la violencia en una de las zonas más tensas del mundo. Las conversaciones internacionales en la Asamblea General de las Naciones Unidas se perfilan como una de las posibles vías para reducir la escalada antes de que se alcance un punto sin retorno.