
El huracán Helene mantiene en alerta a cerca de 88 millones de personas, especialmente en las costas de Florida, mientras se aproxima con vientos intensos e inundaciones potencialmente “catastróficas”. La tormenta, que se fortaleció esta mañana en el Golfo de México, se espera impacte la costa del Big Bend de Florida como un huracán mayor, según los últimos reportes del Centro Nacional de Huracanes (NHC).
Estado de emergencia y evacuaciones
El gobernador de Florida, Ron DeSantis, declaró estado de emergencia en casi todos los 67 condados del estado en preparación para el impacto de Helene. Las autoridades han emitido órdenes de evacuación obligatoria en 10 condados, y se ha movilizado a la Guardia Nacional, así como a equipos de rescate para responder a posibles situaciones de emergencia.
Además, se han evacuado ya 12 centros de salud, y otros podrían seguir este mismo proceso para salvaguardar a los residentes vulnerables.
Marejadas ciclónicas y vientos peligrosos
De acuerdo con el NHC, se espera que Helene traiga consigo marejadas ciclónicas que podrían alcanzar hasta seis metros sobre el nivel del suelo, junto con olas destructivas. También se pronostican vientos de hasta 130 km/h, con la posibilidad de intensificarse a categoría 3 o 4 antes de tocar tierra.
Las áreas afectadas no solo incluyen la costa, ya que se espera que las fuertes lluvias y vientos lleguen tierra adentro, afectando ciudades como Atlanta, donde viven más de 5 millones de personas.
Preparativos federales
El presidente Joe Biden ha sido informado sobre la situación y su administración ha indicado estar preparada para brindar apoyo a Florida y a otros estados que puedan verse afectados. La Casa Blanca aseguró que están listos para aportar asistencia adicional si es necesario durante el paso del huracán.
Impacto previo en México y proyecciones
Helene ya impactó la península de Yucatán en México, afectando zonas turísticas como Cancún, antes de dirigirse hacia el sureste de Estados Unidos. El NHC advirtió que la tormenta podría intensificarse aún más antes de tocar tierra en Florida, convirtiéndose en el huracán más fuerte en golpear EE.UU. en más de un año.
La Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA) ha emitido advertencias sobre olas de hasta 4.5 metros y posibles inundaciones que podrían afectar severamente a las comunidades costeras.