En medio de la creciente tensión en la península coreana, el presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, advirtió este martes que cualquier intento de Corea del Norte de utilizar sus armas nucleares desencadenaría una respuesta inmediata y contundente, lo que marcaría el fin del régimen norcoreano.
En un discurso ante 5,300 soldados durante la conmemoración del aniversario de la fundación de Corea del Sur, el mandatario surcoreano dejó clara su postura, respaldada por la alianza militar con Estados Unidos. “Si Corea del Norte intenta usar sus armas nucleares, enfrentará una respuesta decidida y abrumadora de nuestro ejército”, declaró Yoon, subrayando que dicho ataque sería el inicio del fin para el gobierno de Kim Jong Un.
Demostración de fuerza militar
Durante la ceremonia, Seúl presentó el Hyunmoo-5, su misil balístico más avanzado, capaz de destruir búnkeres subterráneos. Además, se desplegó un bombardero estadounidense B-1B, escoltado por cazas F-15K, en una demostración conjunta de fuerza que subraya la sólida cooperación de seguridad entre Corea del Sur y Estados Unidos.
Estas acciones se producen en un contexto de tensiones crecientes, luego de que Pyongyang revelara imágenes de una planta de enriquecimiento de uranio, mostrando al líder Kim Jong Un recorriendo las instalaciones y pidiendo un aumento en la capacidad de producción de armas nucleares.
Respuesta de Corea del Norte
El régimen de Corea del Norte no tardó en reaccionar a las maniobras y declaraciones de Seúl. A través de un comunicado emitido por el viceministro de Defensa Nacional, Kim Kang Il, Pyongyang expresó su descontento por el despliegue del bombardero estadounidense en territorio surcoreano, afirmando que vigilará “atentamente” estos movimientos estratégicos.
Corea del Norte aseguró que sus fuerzas armadas están “plenamente preparadas para defender” su territorio, en lo que parece ser una advertencia a cualquier tipo de intervención militar por parte de sus vecinos del sur o sus aliados.
Un escenario de incertidumbre
La situación en la península coreana sigue siendo tensa, especialmente tras los recientes desarrollos en las capacidades nucleares del Norte. La comunidad internacional ha expresado su preocupación por la posible escalada de hostilidades, mientras los esfuerzos diplomáticos para frenar el programa nuclear norcoreano se encuentran estancados.
El incremento en las demostraciones militares por parte de ambos países refleja la complejidad del conflicto y el frágil equilibrio de poder en la región.