
Este 7 de octubre, Israel conmemoró el primer aniversario del conflicto con Hamás, una guerra que dejó un devastador saldo de víctimas y marcó el capítulo más sangriento en la historia reciente del país. El ataque inicial de las brigadas Ezedin al Qassam, el brazo armado de Hamás, resultó en la muerte de 1,206 personas, en su mayoría civiles, y la captura de 251 individuos, de los cuales 97 permanecen como rehenes en Gaza.
Durante la ceremonia oficial, el primer ministro Benjamin Netanyahu reafirmó su compromiso de evitar que un evento similar vuelva a ocurrir, mientras Israel continúa con sus operaciones militares en Gaza y el sur del Líbano, enfrentándose a Hamás y su aliado, Hezbolá. “Estamos trabajando para cambiar la realidad en el terreno y traer de vuelta a nuestros rehenes”, dijo Netanyahu en su discurso.
Conmemoración y dolor
En el acto conmemorativo en Reim, lugar del mortal ataque al festival de música Nova, se guardó un minuto de silencio en honor a las víctimas. Doron Journo, cuyo hijo perdió la vida en ese ataque, expresó: “El dolor no desaparece, al contrario, solo se intensifica”. A un año del conflicto, la tristeza sigue latente, mientras las familias de los cautivos exigen su liberación.
Osnat Gosh, una manifestante, enfatizó la urgencia de rescatar a los rehenes que siguen en Gaza: “No podemos esperar más. Han pasado 11 meses y la gente sigue muriendo. Tenemos que traerlos vivos ahora. No podemos seguir con nuestra vida sin pensar en ellos”.
Violencia en aumento
Mientras las ceremonias recordaban a las víctimas, la violencia no cesaba. Hamás, junto con Hezbolá, lanzó cohetes y proyectiles hacia Israel, lo que provocó una respuesta inmediata del ejército israelí, que bombardeó posiciones en Gaza y el sur del Líbano. Incluso se reportó el lanzamiento de misiles desde Yemen hacia Israel, aumentando la escala del conflicto.
Las ofensivas israelíes han provocado una devastación masiva en Gaza. Según el Ministerio de Salud del territorio, más de 41,000 personas han perdido la vida desde el inicio de las hostilidades, una cifra que ha sido verificada por la ONU. Además, la guerra ha desplazado a casi la totalidad de los 2.4 millones de habitantes de Gaza, dejando vastas áreas en ruinas.
Tensiones internacionales
El conflicto ha agudizado las tensiones con Irán, un firme aliado de Hamás y Hezbolá. El régimen iraní calificó el ataque del 7 de octubre de 2023 como “un giro en la historia” del conflicto palestino-israelí, lo que ha aumentado la preocupación por una posible escalada regional.
Mientras tanto, los habitantes israelíes afectados por la guerra expresan su descontento hacia el gobierno, acusándolo de priorizar intereses políticos sobre la seguridad y bienestar de la población. “Nuestro gobierno no piensa en la gente ni en nuestras vidas. Solo piensan en su poder y en sus intereses políticos”, criticó Hila More Zehavi, una manifestante durante los actos conmemorativos.
Futuro incierto
A pesar de una tregua de una semana en noviembre de 2023, en la que se liberaron 105 rehenes a cambio de 240 prisioneros palestinos, las posibilidades de un alto al fuego duradero siguen siendo remotas. Las operaciones militares continúan y, aunque Netanyahu ha reiterado su intención de recuperar a los rehenes y restaurar la paz, el conflicto sigue cobrándose miles de vidas y destruyendo comunidades enteras.
La situación en Gaza ha sido descrita por la ONU como “un cementerio para decenas de miles de personas”, mientras la comunidad internacional sigue buscando una solución para poner fin a la devastadora guerra que, un año después, sigue dejando una profunda herida en la región.