
El martes, Corea del Norte detonó secciones de dos carreteras clave que conectaban con Corea del Sur, intensificando las tensiones en la península coreana. Las rutas afectadas, Gyeongui y Donghae, situadas al norte de la Línea de Demarcación Militar, fueron destruidas en lo que parece ser una clara señal de rechazo a cualquier posibilidad de diálogo con el sur.
El Estado Mayor Conjunto de Corea del Sur confirmó las explosiones, que se consideran parte de un movimiento militar de Corea del Norte para reforzar sus barreras físicas en la frontera. Aunque el ejército surcoreano respondió con disparos dentro de su territorio, el incidente resalta la creciente confrontación entre ambos países.
Deterioro de relaciones y medidas defensivas del Norte
La relación entre Corea del Norte y Corea del Sur se ha agravado desde la llegada al poder del presidente surcoreano Yoon Suk Yeol en 2022, quien ha adoptado una postura más estricta contra el régimen de Kim Jong Un. Las maniobras militares conjuntas entre Corea del Sur, Estados Unidos y Japón han sido interpretadas por Corea del Norte como preparativos para una invasión, lo que ha provocado que Pyongyang intensifique sus medidas defensivas.
Kim Jong Un ha calificado a Corea del Sur como el “enemigo principal” y ha reforzado la frontera con minas terrestres, barreras antitanques y misiles nucleares, según expertos.
Acusaciones por drones y advertencias de guerra
Corea del Norte también ha acusado al sur de utilizar drones para distribuir propaganda en su territorio, lo que ha llevado a Kim Jong Un a prometer un cierre total de la frontera y advertir que cualquier incursión aérea será considerada una “declaración de guerra”. Su hermana, Kim Yo Jong, ha reafirmado que Pyongyang tiene pruebas de estas provocaciones y que los responsables “pagarán un alto precio”.
China pide moderación
Ante el aumento de tensiones, China ha instado a ambas partes a evitar una escalada militar, afirmando que un conflicto sería perjudicial para los intereses de la región.
La situación en la península coreana sigue siendo volátil, con una creciente militarización en la frontera y un deterioro de las relaciones diplomáticas.
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