En respuesta al aumento de la violencia en Culiacán, generada por disputas internas del Cártel de Sinaloa, el Ejército Mexicano ha intensificado su presencia en las calles con vehículos blindados y patrullajes continuos. Desde esta semana, unidades blindadas tipo Ocelotl recorren las zonas más conflictivas de la ciudad, como parte de una estrategia para reducir la criminalidad y mejorar la seguridad en la región.
Estos vehículos están diseñados para tareas de vigilancia y reconocimiento, y tienen la capacidad de transportar hasta 11 elementos. Además de los patrullajes en camionetas, elementos del Ejército recorren algunas calles a pie, en operativos diurnos y nocturnos, con el objetivo de detectar irregularidades y actuar de forma inmediata en caso de incidentes violentos.
Unidades especiales para mayor protección
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) ha enviado 10 unidades Ocelotl a Culiacán. Estas camionetas, ligeras y blindadas, cuentan con la capacidad de resistir impactos de alto calibre y explosiones, y están equipadas con una torrera giratoria de 360 grados, lo que les permite montar diferentes tipos de armamento. Además, pueden alcanzar una velocidad de hasta 140 km/h y tienen una autonomía de más de 400 km sin necesidad de recargar combustible. Esto les proporciona gran movilidad y capacidad de respuesta rápida ante posibles amenazas.
Otra ventaja de los Ocelotl es su sistema de inflado y desinflado de neumáticos, lo que les permite seguir operando a pesar de los “ponchallantas” que los grupos criminales suelen utilizar para obstaculizar la persecución.
Coordinación y despliegue de fuerzas adicionales
El despliegue de estas unidades forma parte de un acuerdo del Gabinete de Seguridad Nacional. Además de los vehículos blindados, la ciudad ha recibido cientos de elementos de las Fuerzas Especiales, la Guardia Nacional y el Ejército, con la llegada más reciente de 150 efectivos este miércoles. Estos refuerzos se trasladaron vía terrestre a través de la autopista Mazatlán-Culiacán, con la misión de contener el avance de la violencia en la zona.
Las autoridades militares han implementado esta estrategia en un esfuerzo por tener un contacto más directo con la ciudadanía y reducir la percepción de inseguridad. Los operativos de vigilancia buscan frenar la escalada de violencia y brindar mayor protección a la población, en un contexto marcado por el conflicto entre grupos del crimen organizado.
El despliegue de las fuerzas armadas en Culiacán refuerza el compromiso del gobierno por restaurar la paz en el estado de Sinaloa y proteger a sus habitantes ante el repunte de la actividad delictiva.