Las autoridades de Nuevo México han rescatado a más de 300 personas tras las fuertes inundaciones provocadas por lluvias históricas que azotaron la región este fin de semana. El desbordamiento de agua, que afectó especialmente a la ciudad de Roswell, dejó al menos dos personas fallecidas y causó importantes daños materiales.
El Servicio Meteorológico Nacional explicó que las lluvias intensas fueron causadas por un sistema de baja presión sobre Arizona que permitió que la humedad se concentrara en el sureste de Nuevo México. Este fenómeno meteorológico generó días consecutivos de precipitaciones en una zona que normalmente recibe menos de 30.5 centímetros de lluvia en todo el año.
Daños en la comunidad
Roswell, más conocida por su asociación con el supuesto accidente de una nave espacial en 1947, experimentó escenas dramáticas y poco habituales, como vehículos sumergidos y escombros esparcidos por las calles. En algunas zonas, los coches fueron arrastrados por las corrientes, chocando contra puentes, árboles y postes de electricidad.
Uno de los momentos más sorprendentes fue el video publicado por el sheriff del condado de Chaves, Mike Herrington, quien se vio obligado a subirse al techo de su vehículo después de que quedara atrapado en el agua.
Además, se vivieron situaciones impactantes, como la interrupción de una fiesta de cumpleaños en un centro cívico cuando las aguas inundaron la pista de baile, obligando a los asistentes a refugiarse en el tejado. La banda musical que amenizaba el evento, La Fuerza del Bravo, capturó imágenes desde el techo, mostrando vehículos flotando y la fuerza del agua arrastrando todo a su paso.
Rescate y apoyo gubernamental
Las labores de rescate fueron lideradas por la Guardia Nacional de Nuevo México, que ayudó a evacuar a cientos de personas, incluyendo a 38 que fueron trasladadas a hospitales para recibir tratamiento. Hasta el momento, las autoridades no han proporcionado detalles sobre las circunstancias de las dos víctimas fatales.
En respuesta a la emergencia, la gobernadora de Nuevo México, Michelle Luján Grisham, declaró estado de emergencia, liberando un millón de dólares en fondos para apoyar las labores de socorro y restauración de la comunidad afectada.
Este evento ha resaltado la vulnerabilidad de algunas zonas ante fenómenos meteorológicos extremos, y las autoridades locales continúan trabajando en la recuperación de la ciudad y el apoyo a los damnificados.