La madrugada del 31 de octubre, dos camionetas que transportaban hidrocarburo de manera ilegal explotaron en la comunidad de El Gorrión, ubicada en el municipio de Ajacuba, Hidalgo. El incidente ocurrió durante la instalación de una toma clandestina de combustible, según informes preliminares. La situación generó alarma entre los habitantes, quienes escucharon un estruendo seguido de un incendio que se extendió rápidamente, consumiendo por completo las dos unidades involucradas.
Los cuerpos de emergencia, junto con personal de Pemex y de Seguridad Pública, atendieron el llamado de los vecinos y llegaron al lugar para controlar el fuego y asegurar la zona. Las camionetas calcinadas contenían contenedores de hidrocarburo que también fueron destruidos en la explosión.
Este tipo de sucesos evidencia la persistencia del robo de hidrocarburos, o huachicoleo, que afecta a varias regiones de Hidalgo. Aunque existen esfuerzos por frenar esta práctica, habitantes de Ajacuba y otros municipios como Tetepango, Tlaxcoapan y Tula reportan que la actividad ilícita se ha mantenido e incluso ha incrementado en el último año.
El incidente en Ajacuba resalta la complejidad del problema, pues representa un riesgo considerable para la seguridad de las comunidades, tanto por las explosiones como por las fugas que estos puntos de extracción ilícitos pueden generar.