Tras el impacto del huracán Rafael, Cuba experimenta una crisis energética que ha dejado sin electricidad a aproximadamente 10 millones de personas, afectando gravemente a La Habana y otras zonas occidentales. Con vientos de hasta 185 km/h, el ciclón causó la caída de árboles, postes telefónicos y dejó daños en viviendas y estructuras eléctricas en toda la isla.
El Ministerio de Energía y Minas informó que los trabajos de reconexión de la red nacional comenzaron la noche del miércoles, aunque la recuperación en las áreas más golpeadas será lenta. Hasta ahora, algunas áreas ya cuentan con electricidad, pero gran parte de la capital cubana permanece a oscuras mientras los equipos de emergencia continúan con las reparaciones.
Este es el segundo huracán que golpea a Cuba en menos de un mes, después de que el huracán Óscar afectara el oriente de la isla en octubre. La ya frágil red eléctrica cubana, dependiente de sus envejecidas plantas de generación y del suministro de crudo de aliados internacionales, enfrenta una crisis sin precedentes. Los apagones se han vuelto comunes en el país debido a las dificultades para mantener la infraestructura y la disminución de importaciones de petróleo.
Las inundaciones y fuertes vientos de Rafael, que tocó tierra en el suroeste de Cuba como categoría 3, dejaron un rastro de techos desprendidos y daños estructurales en varias localidades. El huracán continuó su recorrido hacia el golfo de México y ya no representa una amenaza para Cuba.
Las autoridades instan a la población a tomar precauciones y reportar posibles incidentes mientras se restablecen los servicios esenciales en la isla.