España respira aliviada tras el paso de un nuevo temporal de fuertes lluvias, que esta vez no dejó víctimas, aunque sí daños materiales en varias regiones. Dos semanas después de las devastadoras inundaciones que provocaron la muerte de 224 personas, principalmente en Valencia, el país vuelve a la normalidad tras el último frente de tormentas, que mantuvo en alerta a varias comunidades.
La Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) rebajó este jueves la alerta roja a naranja en las provincias de Málaga y Valencia, donde las intensas lluvias de la noche del miércoles obligaron a evacuar preventivamente a 4,200 personas y suspender actividades escolares y de transporte. En municipios como Alcudia de Veo y Chiva, la cantidad de agua acumulada superó los 100 mm, dificultando la recuperación de las áreas ya afectadas por las recientes lluvias.
Las medidas de emergencia se implementaron con rapidez, aunque con precaución. En la región de Valencia, el gobierno local suspendió temporalmente las clases y restringió la movilidad en más de cien municipios. Con la mejora del clima, se levantaron las restricciones de tráfico al mediodía y se reanudaron los servicios ferroviarios que unen Valencia con Barcelona y Madrid, tras una suspensión desde el primer temporal.
En Málaga, la DANA (depresión aislada en niveles altos) provocó el desbordamiento de algunos ríos y aplazó eventos como la eliminatoria de la Copa Billie Jean King en tenis femenino. A pesar de que el aviso rojo se levantó, el presidente andaluz, Juan Manuel Moreno, pidió cautela a los ciudadanos: “Más vale prevenir que reconstruir”, enfatizó desde una de las localidades afectadas.
El impacto se desplaza ahora a otras provincias, como Sevilla, Cádiz y Huelva, en el sur de España, que se encuentran en aviso naranja, con clases suspendidas para medio millón de estudiantes. La región valenciana, junto con Alicante, sigue en estado de alerta mientras continúan las labores de búsqueda de las 16 personas desaparecidas en el temporal de finales de octubre.
Las autoridades, encabezadas por el presidente regional valenciano Carlos Mazón, enfrentan críticas por la respuesta a las inundaciones anteriores, que algunos consideran tardía e insuficiente. Este malestar ha llevado a manifestaciones en Valencia, donde 130,000 personas exigieron mayor eficacia en la gestión de emergencias.