
La Agencia de la ONU para los Refugiados (ACNUR) expresó este jueves su profunda preocupación por las devastadoras inundaciones que han afectado a Colombia durante los últimos meses, impactando a más de 180,000 personas, en su mayoría pertenecientes a comunidades indígenas y afrocolombianas.
Grave impacto en comunidades vulnerables
Mireille Girard, representante de ACNUR en Colombia, destacó que las lluvias, acompañadas de deslizamientos, han agravado la situación en regiones ya golpeadas por conflictos armados. “Es alarmante que estas comunidades, ya afectadas por el conflicto, enfrenten un nuevo desafío tan significativo. Necesitan toda la solidaridad posible para fortalecer su resiliencia frente al cambio climático”, señaló Girard.
El departamento del Chocó es uno de los más afectados, con 27 de sus 31 municipios declarados en emergencia. La situación en la región ha resultado en la pérdida de viviendas, cultivos y animales domésticos, además de contaminación del agua potable y restricciones de movilidad, especialmente en áreas rurales de difícil acceso.
Respuesta humanitaria
ACNUR ha intensificado esfuerzos para brindar ayuda a las comunidades más vulnerables, distribuyendo artículos de primera necesidad como kits de higiene, toldillos familiares, lámparas solares y pastillas de desinfección de agua. Estas acciones buscan mitigar los efectos de las inundaciones y proteger a las comunidades desplazadas y en riesgo.
El gobierno colombiano declaró oficialmente la situación de desastre el pasado domingo, una medida que se extenderá por 12 meses. Los esfuerzos de emergencia se están concentrando en tres regiones críticas: Amazonas, Chocó y La Guajira.
Llamado a la solidaridad
Girard subrayó que la magnitud del desafío requiere una acción conjunta. “Es vital que tanto las comunidades afectadas como aquellas que las acogen reciban apoyo para superar esta crisis y enfrentar las amenazas del cambio climático”.
Mientras las autoridades y organizaciones internacionales trabajan para atender esta emergencia, el gobierno busca coordinar esfuerzos para garantizar el acceso a recursos y soluciones sostenibles en las zonas más golpeadas.