El tifón Man-yi, el sexto gran ciclón en azotar Filipinas en un mes, dejó un saldo de al menos ocho muertos y varios daños materiales tras su paso por el norte del país. Aunque la intensidad del fenómeno climático generó gran preocupación, las autoridades aseguraron que los efectos no fueron tan graves como inicialmente se temían.
Impacto del tifón
Man-yi, conocido localmente como “Pepito”, llegó el fin de semana a Filipinas con vientos sostenidos de 185 km/h, impactando primero la isla de Catanduanes y luego la isla principal de Luzón. Los fuertes vientos derribaron árboles, postes eléctricos y viviendas de madera, además de provocar deslizamientos de tierra.
En la provincia de Nueva Vizcaya, un deslizamiento dejó siete muertos y tres heridos. En Camarines Norte, un hombre de 79 años también perdió la vida, elevando el total de víctimas a ocho, según informó Kristine Falcon, directora de la agencia local de gestión de catástrofes.
Evacuaciones y recuperación
Más de un millón de personas evacuaron sus hogares ante la amenaza del ciclón. Aunque Man-yi causó destrucción, no se registraron inundaciones graves, lo que permitió que las labores de rescate y apoyo comenzaran rápidamente.
El presidente Ferdinando Marcos destacó el esfuerzo de las autoridades para evacuar y proteger a las comunidades más vulnerables. “Ahora estamos enfocados en rescatar a las personas en zonas aisladas y proporcionar alimentos y agua a quienes más lo necesitan”, señaló.
Daños en infraestructura y electricidad
En Catanduanes, una de las zonas más afectadas, el tendido eléctrico quedó severamente dañado, y se estima que algunas áreas podrían tardar meses en recuperar el servicio eléctrico.
Un mes de tormentas devastadoras
Man-yi se suma a una serie de ciclones que han azotado Filipinas en las últimas semanas, dejando un total de 163 muertos, miles de personas desplazadas y daños significativos en viviendas, cultivos y ganado.
Cambio climático: un desafío creciente
Científicos advierten que el cambio climático está intensificando las tormentas, haciendo que sean más frecuentes y destructivas, con lluvias torrenciales y vientos más fuertes. Este fenómeno plantea desafíos adicionales para Filipinas, un país que enfrenta regularmente la temporada de tifones con gran vulnerabilidad.
A medida que el tifón Man-yi se desplaza hacia Vietnam, las autoridades filipinas continúan trabajando en la recuperación de las comunidades afectadas y el restablecimiento de los servicios básicos.