
El Gobierno de Ecuador ha decretado una emergencia nacional debido a la severa escasez de agua que enfrenta el país, una situación que ha intensificado una de las peores sequías en seis décadas y ha avivado incendios forestales en regiones del sur.
La Secretaría Nacional de Gestión de Riesgos (SNGR) informó que la medida, que tendrá una vigencia de 60 días, permitirá movilizar recursos para atender la emergencia. Las provincias más afectadas, Azuay y Loja, han visto cómo los incendios han arrasado alrededor de 10 mil hectáreas, siendo el Parque Nacional Cajas uno de los sitios más afectados.
Como parte de los esfuerzos para combatir las llamas, ocho helicópteros están en operación, incluyendo apoyo internacional con unidades provenientes de Perú e Italia. Las autoridades también han reportado graves afectaciones al sector agropecuario, con la pérdida de más de 44 mil animales de granja y la devastación de extensas áreas de cultivo.
La ministra de Energía, Inés Manzano, advirtió que la situación también ha impactado al sistema hidroeléctrico, que cubre el 70 % de la demanda eléctrica del país. Los embalses han caído a niveles críticos, lo que ha obligado a extender los racionamientos eléctricos de 8 a 14 horas diarias desde octubre.
Aunque las investigaciones sobre las causas de los incendios están en curso, el alcalde de Cuenca, Cristian Zamora, expresó su preocupación sobre posibles acciones humanas detrás de algunos de los siniestros.
El Gobierno trabaja para mitigar los efectos de esta crisis ambiental y garantizar que las comunidades afectadas reciban el apoyo necesario en este periodo crítico.