La península de Reykjanes, en Islandia, registró una nueva erupción volcánica este 20 de noviembre, la décima en los últimos tres años. Fuentes de lava y humo iluminaron el cielo nocturno cerca de Grindavik, a unos 30 kilómetros al suroeste de Reikiavik. A pesar del espectáculo natural, no se reportaron daños significativos en infraestructuras ni interrupciones en el tráfico aéreo, según la Oficina Meteorológica de Islandia.
Una región geológicamente activa
Islandia, situada entre las placas tectónicas euroasiática y norteamericana, es conocida por su actividad volcánica, géiseres y aguas termales. Este último evento fue precedido por advertencias sobre acumulaciones de magma en la zona, aunque no se habían registrado aumentos significativos en la actividad sísmica.
La erupción comenzó con una fisura de tres kilómetros de largo en la superficie terrestre. Sin embargo, las autoridades indicaron que fue significativamente menor en magnitud comparada con la ocurrida a inicios de septiembre.
Impacto controlado en la región
El aeropuerto internacional de Keflavik, principal puerta de entrada al país, no reportó afectaciones. Sin embargo, el balneario geotérmico de lujo Laguna Azul cerró temporalmente como medida preventiva, y unas 50 casas en Grindavik fueron evacuadas.
El pueblo pesquero de Grindavik ya había sido evacuado en diciembre de 2023 debido a amenazas previas por coladas de lava. Aunque algunos residentes habían regresado, este nuevo episodio refuerza la constante amenaza que representa la actividad volcánica en la región.
Frecuencia creciente de erupciones
Desde 2021, los sistemas volcánicos de Reykjanes, inactivos por más de 800 años, han despertado con erupciones más frecuentes. Expertos advierten que este patrón podría continuar durante décadas o incluso siglos, convirtiendo a la zona en un lugar clave para estudiar la dinámica volcánica.
Islandia, con su mezcla de riesgos naturales y paisajes espectaculares, sigue siendo un recordatorio de la poderosa fuerza de la naturaleza y de la importancia de la preparación ante eventos geológicos extremos.
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