En San Pedro Garza García, Nuevo León, el número de avistamientos de osos negros en áreas urbanas ha aumentado significativamente durante noviembre, pasando de 25 reportes en octubre a 50. Protección Civil del municipio monitorea estas visitas mediante un mapa que registra los lugares, días y horarios de los encuentros, permitiendo identificar patrones y distinguir entre diferentes ejemplares.
Osos en busca de comida
Recientes videos en redes sociales muestran a los osos ingresando a zonas residenciales, caminando por jardines y, en ocasiones, entrando a las casas en busca de alimentos. Gilberto Almaguer, director de Protección Civil de San Pedro, destacó que este comportamiento no está relacionado con una falta de recursos en su hábitat natural.
“Hay abundancia de agua y vegetación en la sierra gracias a las lluvias. Sin embargo, el oso aprovecha las oportunidades, como basuras mal aseguradas o comida dejada al alcance. Alimentarlos, directa o indirectamente, no solo les hace daño, sino que también puede ponerlos en peligro al consumir objetos no aptos para ellos, como plásticos”, explicó.
Recomendaciones y educación sobre la fauna local
Ante la creciente interacción entre osos y habitantes, Protección Civil enfatiza la importancia de no ofrecerles comida ni agua y de reportar los avistamientos de inmediato. Además, se trabaja en campañas educativas para crear conciencia sobre cómo convivir de forma segura con la fauna local.
Un incidente reciente ocurrió en un colegio, donde estudiantes y maestros fueron sorprendidos por un oso que paseaba por los pasillos. Aunque la situación se manejó sin incidentes, subraya la necesidad de mantenerse alerta y actuar con precaución.
Monitoreo constante
El mapa de avistamientos ha identificado alrededor de seis osos que frecuentan la zona, incluidos algunos ejemplares jóvenes. Según Almaguer, muchos reportes corresponden al mismo oso que regresa a las mismas áreas en busca de alimento fácil.
El aumento de estos encuentros refleja la importancia de preservar los ecosistemas naturales y garantizar la convivencia respetuosa entre humanos y fauna silvestre. Autoridades y ciudadanos deben trabajar en conjunto para minimizar los riesgos y proteger a los osos, una especie emblemática del norte de México.