
El asteroide C0WEPC5, recientemente descubierto, atravesó la atmósfera terrestre la tarde del martes 3 de diciembre sobre la región de Yakutia, Siberia Oriental, en Rusia. Aunque fue clasificado como “potencialmente peligroso” debido a su tamaño y densidad inicial, el evento transcurrió sin daños materiales ni personas heridas, dejando tras de sí un espectáculo visual extraordinario.
Un fenómeno brillante y seguro
Con un diámetro estimado de 70 centímetros y una masa inicial de aproximadamente 5 toneladas, el asteroide ingresó a la atmósfera a gran velocidad, generando una bola de fuego visible hasta 700 kilómetros del punto de ingreso. Su composición de hierro y níquel provocó destellos verdosos que iluminaron el cielo mientras se desintegraba casi por completo.
La Agencia Espacial Europea (ESA) había anticipado que el 90% de la masa del meteorito se perdería durante su paso por la atmósfera, lo cual se confirmó. Solo pequeños fragmentos, equivalentes al 10% de su peso inicial, alcanzaron la superficie en una zona despoblada entre las localidades de Okeminsk y Lensk.
Preparación y prevención efectiva
La trayectoria y hora del impacto habían sido calculadas con precisión por la ESA y otros observatorios internacionales, lo que permitió informar a las autoridades locales y evitar alarmas innecesarias. Gracias a estas medidas, el fenómeno fue observado de manera segura por científicos y aficionados a la astronomía, quienes capturaron imágenes impresionantes de la bola de fuego y su estela brillante.
Un espectáculo natural memorable
Aunque los meteoritos de este tipo son raros, eventos como este son una oportunidad valiosa para la investigación científica. El profesor Alan Fitzsimmons, de la Universidad de la Reina de Belfast, calificó el evento como “espectacular pero seguro”.
La caída del asteroide C0WEPC5 recuerda al meteorito de Cheliábinsk en 2013, aunque en esta ocasión las condiciones fueron controladas y el resultado fue solo un fenómeno visual sin afectaciones negativas.
Este evento subraya la importancia de la colaboración internacional en el monitoreo de cuerpos celestes y la preparación para fenómenos naturales, permitiendo que la humanidad observe y aprenda de estos espectáculos cósmicos con seguridad.