El accidente ocurrido el pasado 22 de noviembre en la carretera federal México-Cuernavaca, donde un camión de transporte público de la Ruta 70 volcó, sigue generando indignación y llamados a la acción. Entre las 32 personas lesionadas, Johan Contreras, un joven de 16 años, sufrió lesiones graves que han cambiado la vida de su familia.
La historia de Johan
Johan viajaba junto a su hermano mayor rumbo a su preparatoria abierta en San Andrés cuando el camión volcó en una zona de curvas en el kilómetro 25. Durante el incidente, fue aplastado por otros pasajeros, quedando atrapado entre los asientos y el metal del vehículo.
Gracias a la rápida acción de los habitantes de la zona, Johan fue rescatado y trasladado de emergencia al hospital de Topilejo. Posteriormente, fue llevado en helicóptero al Hospital Infantil de Legaría y, finalmente, al Hospital GEA González, donde recibió atención especializada.
El joven tuvo que someterse a dos cirugías, tomografías y un tratamiento para quemaduras de primer y segundo grado. También requirió injertos de piel y reconstrucciones faciales debido a una fractura de cráneo y traumatismo facial.
La voz de un padre preocupado
Genaro Contreras, padre de Johan, expresó su frustración y dolor ante el accidente:
“Es una impotencia no poder hacer nada… gracias a Dios está vivo para contarlo. Pero estos accidentes no deben quedar en el olvido”.
También señaló que estos percances son recurrentes en la zona, donde choferes de las rutas 111, 69 y 70 compiten por pasajeros, y pidió a las autoridades reforzar la supervisión del estado de las unidades y la capacitación de los conductores.
Exigencias y acciones legales
Pese a que la Secretaría de Movilidad (Semovi) anunció la suspensión provisional de la Ruta 70 tras el accidente, los vecinos denuncian que las unidades siguen operando. Hasta ahora, hay 38 carpetas de investigación abiertas relacionadas con el incidente.
Los afectados han sostenido reuniones con personal del gobierno capitalino y la Fiscalía General de Justicia para buscar justicia y exigir medidas preventivas que eviten tragedias similares en el futuro.
Este caso pone de manifiesto la urgencia de mejorar las condiciones del transporte público en la Ciudad de México para garantizar la seguridad de sus usuarios.